Autor: Laura McKinney
Fecha De Creación: 1 Abril 2021
Fecha De Actualización: 23 Abril 2024
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Cyberbullying: análisis de las características del acoso virtual - Psicología
Cyberbullying: análisis de las características del acoso virtual - Psicología

Contenido

Explicamos las diferentes manifestaciones del acoso a través de internet.

La adolescencia es una época de cambio y evolución. En esta etapa, en la que se da la maduración tanto física como mental, los adolescentes comienzan a alejarse de la familia y las figuras de autoridad para comenzar a darle una importancia creciente al grupo de pares, personas que como ellos están en busca de su identidad.

Sin embargo, este acercamiento a sus pares no siempre resulta en una interacción positiva, pero es posible que en ocasiones se establezca una relación abusiva, siendo el resultado el acoso escolar o, si se utilizan nuevas tecnologías para ello, el ciberacoso.

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Violencia invisible

Luego de la difusión de esa imagen en la que aparecía desnudo, Fran descubrió que no dejaban de llegar mensajes riéndose de su apariencia física. La situación no se debía solo a nivel virtual, sino que en clase las burlas y acoso eran constantes, incluso a encuentran la fotografía enganchada en postes tanto dentro como fuera de la escuela. Sus padres presentaron varias denuncias para detener la situación, pero a pesar de todo el daño ya estaba hecho. Un día, después de dos meses de continuas burlas, Fran no regresó en casa. Lo encontrarían un día después, colgado de un árbol en un campo cercano, dejando una carta de despedida ".


La descripción de los hechos anteriores pertenece a un caso ficticio, pero al mismo tiempo tiene un parecido muy real con la realidad vivida por muchos jóvenes acosados. De hecho, su elaboración se ha basado en varios casos reales. Para comprender mejor la situación, es fundamental comprender mejor qué es el ciberacoso.

¿Qué es el ciberacoso?

Ciberacoso o ciberacoso es un subtipo de acoso indirecto que tiene lugar a través de las redes sociales y las nuevas tecnologías. Como en todo tipo de bullying, este tipo de interacción se basa en la emisión de una conducta de forma intencionada con el objetivo de dañar o acosar a otra persona, estableciendo una relación de desigualdad entre ambos sujetos (es decir, la persona que tiene el dominio agresor sobre la víctima). ) y estable en el tiempo.


Sin embargo, el hecho de aplicar nuevas tecnologías hace que estas características del acoso parezcan matizadas. Si bien siempre se da la existencia de una relación desigual, se debe tener en cuenta que el estímulo desencadenante puede ser una foto, un comentario o contenido que se haya publicado o difundido sin intención de dañar a nadie, siendo un acoso derivado del mal uso de este. publicación (la intención de dañar se coloca en esta tercera persona).

Por ejemplo, que un amigo o la misma persona cuelgue o envíe a alguien una foto en la que un compañero se equivoque puede no implicar que quiera humillarlo, pero una tercera persona puede hacer un uso diferente al previsto. En el caso del ciberacoso, Hay que tener en cuenta que lo que se publica en Internet puede ser visto por muchas personas. (muchos de ellos desconocidos) y en cualquier momento, por lo que una sola situación de bullying puede tener repercusiones en numerosos intervalos de tiempo.

Adicionalmente, la víctima tiene una mayor sensación de indefensión que en otro tipo de agresiones, ya que por las redes el ataque les puede llegar en cualquier momento y lugar, y tampoco saben cuándo van a presenciar ni por quién. que se produzca. Por último, a diferencia de los casos de acoso tradicional, en el ciberacoso el acosador puede ser anónimo.


Tipos de ciberacoso

El cyberbullying no es un fenómeno unitario que se da de una sola forma; Hay una amplia variedad de formas, que van desde el acoso a la víctima y la exclusión social hasta la manipulación de datos para dañar a una persona en su propio nombre. Internet es un entorno conocido por la gran variedad de posibilidades tecnológicas que ofrece, y lamentablemente esto también se aplica cuando se utiliza este medio. como herramienta para acosar a otros.

En el caso del ciberacoso, las estrategias para dañar a alguien pueden aprovechar todas las potencialidades de la red, desde fotografías almacenadas y de fácil difusión hasta el uso de grabaciones de voz o fotomontajes.

Ejemplos claros son las fotos y videos realizados y publicados sin consentimiento con el fin de chantajear o humillar, amenazas directas a través de diversas plataformas o páginas web creadas específicamente para ridiculizar a la víctima. Además, dependiendo del objetivo del acoso, podemos encontrar casos como sextorsión , en el que se chantajea a la víctima a cambio de no publicar o extender fotografías o videos de carácter sexual.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el ciberacoso más común, realizado por niños y adolescentes, puede explotar todos los recursos imaginables, dado que las personas pertenecientes a la generación de nativos digitales Ya aprendió a utilizar todas estas herramientas desde sus primeros años.

La diferencia con el aseo

Es importante señalar que el ciberacoso ocurre entre menores o al menos entre grupos de pares. Por lo tanto, se distingue del aseo personal en que un adulto acosa a un menor a través de Internet (generalmente con fines sexuales). En este segundo caso, el acoso a través de internet a menudo se asocia con delitos.

¿Qué le pasa a la víctima del ciberacoso?

Es habitual observar en las víctimas de ciberacoso una marcada disminución del nivel de autoestima y autoconcepto, llegando a veces incluso a culparse por la situación. La inseguridad, la sensación de falta de competencia y la vergüenza de no poder hacer que la situación sea adecuada se encuentran con frecuencia en los casos de ciberacoso.

Además, muchas de las víctimas son obligadas a mantener la ley del silencio por temor a las consecuencias de denunciar. Esto provoca un descenso en el rendimiento escolar, lo que a su vez retroalimenta el descenso de la autoestima. Las víctimas del ciberacoso continuo también perciben menos apoyo social, y a la larga se dificulta el vínculo afectivo futuro con terceros, inhibiendo el desarrollo social.

Asimismo, cuando el ciberacoso es muy intenso y dura meses, es posible que las víctimas acaben presentando patologías de la personalidad o del estado de ánimo, como depresión severa o fobia social, llegando incluso (como en el caso ficticio recreado anteriormente) al suicidio de la víctima.

Prevenir el ciberacoso

Para detectar casos de ciberacoso, algunas indicaciones que pueden ser útiles serían el seguimiento y vigilancia de los cambios de hábitos y el uso de dispositivos con acceso a Internet (incluido el encubrimiento cuando se utilizan), ausencias de clase, abandono de actividades favoritas, reducción drástica del rendimiento escolar, cambios en la forma de comer, cambios de peso, vómitos y diarrea sin motivo aparente, ausencia de contacto visual, miedo al recreo, cercanía excesiva a los adultos, apatía o falta de defensa frente a bromas que puedan parecer inocuas .

¿Qué hacer si se detecta el ciberacoso?

En el caso de detectar una situación de este tipo, es necesario establecer una comunicación fluida con el alumno y su familia, haciéndole ver que está viviendo una situación inmerecida de la que el menor no tiene la culpa, ayudando a denunciar el caso y haciéndoles sentir un apoyo continuo. Es fundamental enseñar y ayudar a recopilar evidencias de acoso (como capturas de pantalla o uso de programas que graben conversaciones), para poder probar su existencia.

Para remediar la existencia del ciberacoso es fundamental el establecimiento de medidas preventivas. Diferentes metodologías, como el método KiVa, han demostrado la utilidad de trabajar con todo el grupo de la clase y especialmente con aquellos estudiantes que presencian la agresión, para que el agresor perciba el rechazo de sus acciones y no vea reforzada su conducta.

De la misma forma, es fundamental trabajar con el alumno agredido y el alumno agresor, con el fin de mostrar apoyo y mejorar la autoestima del primero y despertar la empatía del segundo haciéndoles ver el posible daño que su comportamiento puede causar tanto a la víctima como a los demás (incluido él mismo).

Cyberbullying, a nivel legal en España

El acoso virtual es una serie de delitos graves que pueden llevar a penas de cárcel de varios años.. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en España solo a partir de los 14 años se puede imputar una acusación penal, por lo que la mayoría de las penas de prisión no se aplican.

A pesar de esto, el sistema legal cuenta con una serie de medidas disciplinarias que se pueden implementar en estos casos. Además, si bien la responsabilidad legal recae en primer lugar en el menor agresor, también la poseen las personas jurídicas responsables del menor y la escuela donde se relaciona el acosado y el acosador. Serán responsables de asumir la indemnización a los acosados ​​así como las sanciones que ellos mismos puedan corresponderles.

En un caso de ciberacoso , los delitos de inducción al suicidio, lesiones (físicas o morales), amenazas, coacción, tortura o delito contra la integridad moral, delitos contra la intimidad, insultos, vulneración del derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del domicilio, descubrimiento y revelación de secretos (incluido el tratamiento de datos personales), daño informático y robo de identidad.

Las medidas correctivas propuestas para el agresor incluyen estadías de fin de semana, realización de tareas socioeducativas, beneficios para la comunidad, libertad vigilada y orden de alejamiento.

Un pensamiento final

El estudio actual del fenómeno del ciberacoso deja claro que aún queda mucho trabajo por hacer, sobre todo teniendo en cuenta la constante evolución de la tecnología y las redes (aparecen nuevas tendencias y aplicaciones). Además, teniendo en cuenta que las nuevas generaciones nacen en un entorno cada vez más virtualizado, conviene avanzar en las políticas preventivas que se aplican en la actualidad, pasando de realizarse en Educación Secundaria a impartir nociones básicas en Educación Primaria.

Del mismo modo, Es necesaria una mayor formación al respecto en los sectores profesionales que se ocupan de este tipo de casos. La investigación al respecto es relativamente escasa y muy reciente, lo que requiere la creación de medidas y protocolos cada vez más efectivos que puedan ayudar a acabar con este flagelo y mejorar la seguridad y calidad de vida de los jóvenes.

Es necesario un enfoque psicosocial para acabar con el problema del ciberacoso. Esta es una tarea que se puede cumplir si se producen una serie de cambios sociales y culturales, entre los que se encuentran el desarrollo de la conciencia sobre el tema y el desarrollo de políticas y políticas. métodos de intervención escolar que previenen este fenómeno. El método KiVa, por ejemplo, apunta en esta dirección y ha demostrado ser muy eficaz. De lo que se trata no es de intervenir solo en víctimas y abusadores, sino en todo el tejido social que rodea a ambos.

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